UN MOMENTO PARA DISFRUTAR CON NUESTRO INTERIOR DESDE NUESTRO SELF
Este espacio de Reencuentro Reflexivo, es un dispositivo creado con el objeto de intercambiar ideas, Proyectos de vida, de Desarrollo Personal de Auto Crecimiento y de desarrollo de nuestra Creatividad Espiritual y Emocional, para mejorar nuestra calidad de vida y Mejorar nuestras Relaciones Interpersonales en nuestra Sociedad.
CAM PRODUCCIONES
Hoy me piden que escriba sobre “espiritualidad” y me invade la inmensidad, porque ¿dónde me agarro? Es como pedir que la conciencia se limite al nivel de la mente y sin embargo ¿cómo entendemos la conciencia sino a través de ella?
Haciendo vacío, siento que la espiritualidad es emitir en una frecuencia, es profundidad y sonido, es ojos y voz, es un estado de ser y una forma de vivir. De pronto me aparece que puede volverse también como una manera autista de hacerse presente, es disgregarse, es el humo del fuego, es la nube en el cielo, es el agua entre los dedos y la infinidad de matices del prisma de colores, es la fuerza henchidora de mis pulmones y el vacío del expir, es el pulsar de la vida en las sienes y la capacidad de expansión del sentir.
Pues la espiritualidad reside en nuestros sentidos.
Cuando hemos sido suficientemente valientes como para dejarlo todo a favor de vivir apasionadamente para y por ese “ES” y hacer que se instale permanentemente en nosotros, descubrimos que en realidad somos la única fuente de ese mismo”ES”.
La espiritualidad es como el agua y ¿dónde se originó el agua? Como el agua hay tantas formas de espiritualidad como de agentes emisores.
Conozco a personas que consiguen ser espirituales a través de una práctica férrea: seis a ocho horas de zazen semanal, dieta, pulcritud en sus maneras y rigor en sus hechos y palabras, el peso de la Presencia se hace notar en cada gesto.
Otros niegan esta Presencia, pero parecen tener el dominio de la vida, son magos, generosos, atentos, entregados pero no se llaman a sí mismos espirituales sino vividores. Para mí lo son porque asimilo su espontaneidad a mi manera de entender la espiritualidad. Pues la Presencia lo envuelve y arroba todo y es para sí-misma su propia recompensa. No intenta ir a ninguna parte; y si yo intento ir ya la interrumpo, pues es quieta movilidad. Subyace en La Presencia un sentimiento ligero de riesgo y de serenidad a la vez y se impone una pasividad muy sutil.
¿Porqué riesgo? Porque si abandonamos lo que es a favor de LO QUE ES, entramos en un lugar de des-conocimiento: la unicidad, pues cuando hay Presencia, el ego y sus expectativas, sus prejuicios, sus esfuerzos, ha dejado de existir. Lo que muere es la sustancia de la separatividad: el sentimiento de una identidad personal.
¿Quién se arriesga y quién puede presumir ser más espiritual que otro? ¿Existe un baremo de valoración? A más alta frecuencia emisora, menos eco pues se nutre de silencio y de soledad.
¿Cómo decía Lao Tse? : “Se amasa la arcilla en forma de jarro, pero sin su vacío interno, ¿ qué uso tendría?”
Sentimos nuestro cuerpo como receptor de este vacío, el que le da vida, porque en realidad, la muerte no es más que la vuelta de este vacío al gran vacío donde se originó.
Pero yo iría más lejos: de hecho la espiritualidad es primero una liberación de la psique pero que solo podría ejercer su función una vez acogida por una entidad que le aportara su complementariedad, dándole como una fijación en el vacío. Se suele decir que lo que diferencia el esquizofrénico del místico es que el primero se hunde mientras el otro sigue nadando. ¿Sería ese punto, tan diminuto y a la vez tan enorme, nuestra fijación, nuestro eje de cristal?
Y entonces ¿qué es?
Cuando decía más arriba que asemejo la espiritualidad al autismo es que hay una sensación parecida, es decir, de ausencia sujetiva, es como si tomáramos conciencia de la existencia a través de otra Existencia, sin asumir la nuestra propia como diferente de la Otra. Existe una pérdida de identidad pero que no afecta al comportamiento. Es una abdicación del ego, una reverencia a la Vida.
Es una dimensión trans-personal, desde luego, es el encuentro con Lo Sagrado. Lo sagrado se experimenta, no tiene necesidad de palabra “El Tao que se nombra no es el Tao”.
Disertar sobre lo sagrado, es ir en círculo a su alrededor, intentando aproximarse al él. Su dimensión es el instante vivido. No necesita del mental para ser asido pues necesariamente requiere que ese mismo sea abandonado. Nace en el silencio de la atención consciente cuando el ser se hace receptor y penetra el instante.
Marie-Madeleine Davy decía que «todo silencio equivale a un más allá, a una ascensión” y que “el paso por el desierto interiorizado engendra una apertura al vacío (béance)”.
Y es así: el sentido de Lo Sagrado irrumpe en la vida, la vuelve más ligera, más “afinada”. El tiempo se difumina en su duración, se vuelve eterno siendo efímero...
Pero seguimos siendo duales, es lo propio de la encarnación. Si considero - y ahora nos hemos vueltos conscientes a ello por medio de la física quántica - que somos co-autores de nuestra propia realidad - ¿quién hace a quién? “Si no me preguntan, lo sé. Si me preguntan, no lo sé”. decía un sabio budista.
Yo sé que esa resonancia de libertad, de espacio y de celebración constante que constato a cada acontecimiento, por muy pequeño que sea, aunque fruto de mi mente, no se origina en mis dendritas por la voluntad de mi pensamiento, sino que la elongación de mis dendritas me permite “captar” lo que existe más allá de mi pensamiento.
Para ello debe existir un despertar de la conciencia que, a su vez, origina un pensamiento totalmente diferente de nuestras fantasías mentales habituales. Para ello debe desarrollarse nuestra sensibilidad. Ella y ella sola permitirá que esa facultad quintaesencial de percepción innata se extraiga de nuestro raciocinio intelectual. La verdadera sensibilidad brota de la inteligencia del corazón; nos permitirá captar las ondas de energía que nos rodean y nos devuelven a nuestro lugar en la armonía del Universo.
No hay nada más que buscar y ES ya un volver a casa.
La espiritualidad es habitar la identidad o dirigirse hacia ello. Es el reconocimiento de lo que realmente somos y andar el camino para acrecentarlo. Es estar en la vida abarcando el profundo sentido que ella tiene. No es con la mente como todo esto se expresa y se conoce. En todos los casos, la vida espiritual implica un reconocimiento de los límites de nuestro ego y de un modo lineal de vivir, considerándolo como techo de la experiencia. Es la vivencia de lo que sentimos en la conexión lo que valida su existencia. Es una certeza interna que no admite pensamiento ni emotividad, es lo que es. (Del libro “PASAMANOS A LA CONCIENCIA” de la Lic. Silvia Kamienomostki).
La evolución es la continua materialización del espíritu en el cuerpo, vida y mente humanos, transformándolos y elevándolos al mismo tiempo hacia cimas más altas, sutilizando la mente, lo vital y el cuerpo físico (los planos materializados de nuestra naturaleza), sirviendo al objetivo de la Naturaleza evolutiva de alcanzar lo Superior, con el fin próximo de materializar una consciencia nueva, el “hombre nuevo”, que representará la promesa del espíritu de alcanzar cotas todavía más elevadas.
Para aquel que tiene la necesidad y la aspiración, la pregunta que se hace podría ser: ¿cómo se realiza esto? ¿ qué tengo que hacer?.
Toda experiencia espiritual, debe ser realizada aquí, para que pueda servir a la humanidad.
El que busca experiencias para sí mismo, para ascender hasta las alturas celestiales, se olvida de los demás, busca unirse a Dios dejando atrás a todos los demás; es el mayor acto de egoísmo.
Pues el plan divino consiste en que la tierra se divinice y se convierta en un Cielo de tierra, no debemos buscar el cielo (al cielo no le hacemos ninguna falta), sino materializarlo aquí mismo.
Es el Espíritu mediante su presión desde arriba, quien responde descendiendo a la llamada de la aspiración desde abajo.
Es el Espíritu el que se materializa progresivamente en la materia humana, modificándola y sutilizándola, debemos ser conscientes de este proceso en nuestro despertar al conocimiento.
Por lo tanto si yo quiero materializar el Amor, de poco me sirve imaginar y sentir que quiero a todo el mundo, ir de vez en cuando a un curso “espiritual” y salir satisfecho de lo bueno que uno es y lo bien que me siento.
De nada me sirve sentirme virtuoso, por mis buenas acciones y pensar que esto es suficiente. Esto no son más que autoengaños del corazón que la mente consiente, sin conseguir nada estable y transformado en nosotros.
Materializar en uno mismo el Amor, no es trabajo sencillo, necesita de un gran esfuerzo de apertura a los demás, formando un grupo donde se aprende a vivir esta experiencia intensa de roces y choques entre individuos, ideas, actitudes, formas de ser……… con los otros (no yo) hasta que la intensa experiencia de sufrir lo que nos molesta de los demás nos vaya abriendo a un conocimiento que se nos desvela como fruto o gracia de nuestra aspiración inquebrantable a soportar la experiencia, esta aceptación desembocara en una consciencia de Unidad cada vez más abarcante y comprehendente de los otros como si fueran (yo) mismo, iluminando nuestra mente y Enamorando a nuestro corazón.
Este mundo material es de experiencia, la experiencia del Amor debe vivirse para materializarse en nosotros y poder sentir su capacidad transformadora.
Esta es la gran aventura de la Consciencia que presiona sobre la Humanidad de hoy; de este esfuerzo evolutivo saldrá el “hombre nuevo”.
Extraído del libro “La Práctica del Yoga Integral de Sri Aurobindo”, de Jugal Kishore Mukherjee
Una de las posibles formas de considerar a los obstáculos que se nos van presentando en nuestras vidas, puede ser la de verlos como los indicadores del camino por donde transitar nuestro desarrollo espiritual.
¿A quién no se le han presentado dificultades durante la vida? ¿Quién no ha sufrido dolor por esas dificultades?
Las Dificultades. Seguramente habrás pensado “a todos”, en respuestas a las preguntas anteriormente planteadas. Entonces ¿Qué nos diferencia como seres humanos?
La respuesta podría resumirse en: el tipo de dificultades y el área de nuestra vida en donde se presentan. Con respecto al "Dolor" que nos producen dichas dificultades observá que puede variar su intensidad o como lo transitamos.
Entonces, podemos concluir que el "Obstáculo" siempre implica "Dolor". Ahora podemos preguntarnos, ¿Qué tipo de dolor es el que sentimos? Puede ser de orden físico, mental y/o emocional. También se puede presentar en nuestras relaciones.
Si observamos nuestras dificultades con detenimiento veremos que algunas de ellas nos dan muchísimo trabajo, al punto de preguntarnos si son "algo más" que un problema. Entonces la próxima pregunta a hacernos podría ser:
¿Qué es realmente "aquello" que vuelve una y otra vez, haciéndonos sentir irritación, malestar o impotencia?
Una visión positiva del obstáculo. Para continuar puedo empezar diciendo que las palabras Obstáculo, Camino, Dificultad, Oportunidad, están todas relacionadas entre si.
La mayoría de las veces si el obstáculo no nos vence ni nos inhabilita puede convertirse en un motor de nuestras búsquedas.
Ante él nos confrontamos con nuestros límites. El dolor que nos produce se une al “obstáculo” original como un nuevo desafío a afrontar.
Y así nos encontremos tratando de resolver todo en el menor tiempo posible y con el menor costo, para seguir corriendo a quién sabe dónde ni para qué. Rara vez se nos ocurre pensar ¿cuál es el sentido profundo de lo que me pasa? ¿De dónde viene esta dificultad?
Comparto la opinión de los integrantes de TICEAP (el artículo base les corresponde la autoría), que el obstáculo puede muy bien constituirse en el motor de nuestra búsqueda, en particular de la espiritual, ya que es capaz de empujarnos a buscar "algo más". Por un lado, nuevas formas de resolver la dificultad y por otro despierta en nosotros el anhelo de encontrar el sentido de aquello que vivimos.
"hay tres cosas en la vida que nunca regresan... el tiempo, las palabras y las oportunidades. hay tres cosas que pueden destruirte...la mentira, el orgullo y la envidia. hay tres cosas que nunca debes perder... la paciencia la esperanza y la honestidad. pero hay tres cosas de mayor valor... la familia, el amor y la amistad"
"de tanto perder aprendí a ganar; de tanto llorar se me dibujo esta sonrisa; conozco tanto el piso que sólo miro el cielo. toqué tantas veces fondo que, cada vez que bajo, ya se que mañana subiré. me asombra tanto como es el ser humano, que aprendí a ser yo misma. tuve que sentir la soledad para aprender a acompañarme... intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a esperar que me pidan ayuda"
Aprovecho esta oportunidad de mandarles mis respetos y saludos a dos mentores míos que viven apasionadamente lo que realmente sentimos con Amor, el bien común de los seres humanos a través de la Psicología Emocional y Espiritual, y me refiero al Médico Psiquiatra el Dr. Fernando Ruíz Moreno y el Médico Anestesista el Dr. Oscar Caden, ambos han compartido momentos de trabajo arduo y de estudio e investigación sobre las emociones, la energía, y la relación existente entre la música, las formas, los sonidos, los colores, el arte, la espiritualidad, el Cosmos y el ser humano con su entorno Psicosocial. A ellos mi eterno agradecimiento de haber compartido sus enseñanzas e investigaciones y de haberme elegido a ser parte de su equipo Interdisciplinario por más de 15 años.
Desde hace algún tiempo me vengo haciendo esta pregunta ¿Qué sería no tener ética en la Psicología Social?
Creo que, con el tiempo, he podido comprender e incorporar los aspectos técnicos y teóricos en los que se sustenta la Psicología Social para su lectura e interpretación de la realidad social y para su operación en ella; pero me sigo preguntando por los aspectos que hacen a los principios éticos y morales desde los cuales se observa, registra, interpreta y opera. En este sentido creo que se hace necesario esbozar una deontología psicosocial que forme parte de nuestra praxis profesional cotidiana.
Pero entonces surge una nueva pregunta ¿Posee la Psicología Social, en tanto disciplina científica, una deontológica definida? Y si existiera ¿Cabe, de alguna manera, re-pensar esta deontología o la misma se alza como dogma? Propongo entonces algunas consideraciones para el debate.
Personalmente creo que una concepción ética de la Psicología Social se ha configurado alrededor de la noción de salud propuesta por Enrique Pichón Riviere. Es decir, la adaptación activa a la realidad como un principio que sustenta nuestra praxis. Un principio que se propone como ideología, adaptarnos activamente a esa realidad de la que somos producto y productores, dejando claro que no se trata de una adaptación entendida como sumisión a la realidad, sino justamente lo contrario, como transformación de la misma. Creo que en este sentido esta ética psicosocial es inmutable.
Es en este punto donde la ética propone una praxis, un hacer, una moral propia de la disciplina que ha de alzarse no como una moral teórica sino como una moral operativa. Creo que esta moral operativa psicosocial se comienza a esbozar en esas aptitudes y actitudes que un/a operador/a debe construir a lo largo de su proceso de formación e incluso de su ejercicio profesional. En efecto, la moral psicosocial tiene que ver con el descentramiento, con la distancia operativa, con la tolerancia, la contención, la abstinencia, el desciframiento, con el ejercicio permanente de revisarnos desde nuestra implicación y desde nuestra contratransferencia. Esta moral psicosocial requiere ser revisada permanentemente, en un proceso dialéctico y espiralado en la búsqueda de una objetividad creciente.
Pero esta moral operativa de la psicología social debe, a mi entender incluir otros aspectos más sutiles, quizás menos teóricos o técnicos. Me refiero a aspectos como el respeto por la identidad cultural de los sujetos con los que trabajamos, con la conciencia de una cosmovisión ancestral, con el amor en su expresión más profunda y revolucionaria, pero también con la firmeza de que no debemos convertirnos en camaleones que, en honor a una adaptación activa mal interpretada, terminemos asumiendo posiciones que no nos son propias, pretendiendo ver la realidad desde un lugar donde no estamos, reproduciendo conductas esteriotipadas, convirtiéndonos en capitalistas de la Psicología Social, es decir operando desde una moral que se contradice con la ética psicosocial. Ahí estaremos equivocando el camino y dejando de ser éticos.
Nuestras emociones son formas de experiencia inmediata. Cuando experimentamos nuestras emociones estamos en contacto directo con nuestra realidad física.
Dado que nuestras emociones son formas de energía, son, por ello, físicas y se expresan en el cuerpo incluso antes de que seamos conscientes de ellas.
Podemos distinguir nueve emociones innatas (interés, alegría, sorpresa, angustia, miedo, rabia, vergüenza, náusea y repugnancia) que se manifiestan en expresiones faciales. Cada niño nace con estas expresiones "preprogramadas" en sus músculos faciales y los investigadores han demostrado que en cualquier parte del mundo, en cualquier cultura, se identifican estas emociones de la misma manera. Son las comunicaciones básicas que necesitamos para sobrevivir biológicamente.
Al crecer, las emociones forman el esquema mental básico para pensar, actuar y tomar decisiones. Las emociones son algo así como nuestros motivadores biológicos innatos. Son "la energía que nos mueve", como el combustible para los autos. Intensifican y amplían nuestras vidas. Sin emoción, nada importa realmente; con emoción, todo puede importar.
Cuando la emoción que acompaña a una experiencia traumática se bloquea, la mente no puede evaluar o integrar esa experiencia. Cuando la energía emocional bloquea la resolución del trauma, la mente disminuye su capacidad de funcionamiento. Con los años, la mente se empequeñece cada vez más, ya que el bloqueo de la energía emocional se intensifica cada vez que ocurre una experiencia similar. Siempre que tenemos una experiencia nueva, y que de alguna forma se parece al trauma original, sentimos con una intensidad que es desproporcionada con lo que está ocurriendo en realidad. Se trata de una regresión espontánea.
Nuestro niño interno herido está lleno de energía no resuelta que proviene de la tristeza de un trauma infantil. Una de los motivos de que sintamos tristeza es para completar los sucesos dolorosos del pasado, de modo que podamos disponer de nuestra energía para el presente. Cuando no se nos permite lamentarnos, esta energía se congela.
- Emociones reprimidas
Como las emociones son energía, exigen que se las exprese. Los niños de familias disfuncionales a menudo no tienen aliados, nadie a quien puedan expresar sus emociones.
Entonces, las expresan de la única forma que saben: "exteriorizándolas" o "interiorizándolas". Cuanto antes se repriman, más destructivas resultarán estas emociones. Las emociones inexpresadas y no resueltas es a lo que se refiere el "dolor original". Este trabajo implica volver a experimentar esos traumas y expresar las emociones reprimidas, las cuales, una vez hecho esto, ya no tendrán que exteriorizarse o interiorizarse nunca más.
- La angustia y el cerebro
Hoy estamos empezando a entender las defensas del YO basándonos en la investigación de la química y la fisiología cerebral. "Aflojar" o "desactivar" las defensas del YO, (principal actividad de una buena psicoterapia) nos permite conectarnos con nuestras más antiguas emociones. El trabajo del dolor original produce una gran curación al permitir sentir esas emociones no resueltas del pasado. Pero ¿por qué esto cura?
El neurólogo MacLean ha presentado un modelo de cerebro que nos ayuda a entender cómo nos afectan los traumas. Según él, el cerebro consta de tres partes -o tres cerebros dentro del cerebro- que forman parte de nuestra herencia evolutiva. El más primitivo es el cerebro reptiliano o visceral. Contiene nuestra estrategia más primitiva para la seguridad y la supervivencia: la repetición. Un lagarto, por ejemplo, tiene una vida bastante simple que consiste en recorrer cada día el mismo camino, esperando comer unas cuantas moscas y mosquitos sin que le coman a él. Si encuentra un camino atinado entre las hierbas y las rocas lo repetirá hasta su muerte.
Esta repetición tiene un valor de supervivencia. El cerebro visceral también mantiene las funciones físicas automáticas de nuestro cuerpo, como la respiración. Podríamos conjeturar que nuestros "lagartos" aparecen cuando convivimos por primera vez con alguien y nuestros hábitos de siempre chocan con los de la otra persona.
El siguiente es el cerebro paleomamífero, o sensorial. Técnicamente se le llama sistema límbico. Cuando los mamíferos de sangre caliente llegaron al escenario evolutivo, nació la energía emocional. El sistema límbico alberga los sentimientos de excitación, placer, rabia, miedo, tristeza, alegría, vergüenza, repugnancia y náusea.
El sistema más sofisticado de nuestro cerebro es el neocórtex o cerebro racional. Éste último evolucionó hace más o menos dos millones de años. Nos da la capacidad humana de razonar, usar el lenguaje, planificar con anterioridad, resolver problemas complejos, etc.
Según MacLean, estos tres cerebros son independientes, pero al mismo tiempo trabajan conjuntamente (interdependientes) para mantener el equilibrio del cerebro completo. El sistema de equilibrio del cerebro está regido por la necesidad de mantener los trastornos dolorosos al mínimo.
El cerebro no tiene problemas con los trastornos ocasionales de la vida. Utiliza la expresión de emociones para mantener el equilibrio. Cuando nuestra angustia alcanza cierto grado, gritamos de rabia, lloramos de tristeza o sudamos y temblamos de miedo. Los científicos han demostrado que las lágrimas en realidad suprimen las sustancias químicas del estrés que se forman durante un desorden emocional. El cerebro tenderá de forma natural hacia el equilibrio por medio de la expresión de la emoción, a no ser que se nos haya enseñado a inhibirla.
- La huella de los primeros traumas
Cuanto antes se inhiban las emociones, más profundo es el daño. Cada vez hay más pruebas de que hay una secuencia en la maduración individual del cerebro que sigue básicamente la secuencia evolutiva. Científicos neurólogos han confirmado que el cerebro visceral predomina en las últimas fases del embarazo y en la primera etapa postnatal.
El sistema del cerebro límbico empieza a operar durante los primeros seis meses de vida. Este cerebro emocional permite la creación de los primeros vínculos importantes.
El neocórtex se está todavía desarrollando durante los primeros años, y el cerebro racional, además de tiempo, necesita un entorno y estímulos adecuados para desarrollarse de forma saludable.
Cuando reflexionamos sobre el hecho de que el cerebro visceral está relacionado con problemas de supervivencia y está regido por la repetición, cobra sentido la idea de la impronta permanente. Los recuerdos traumáticos son difíciles de erradicar porque son recuerdos de respuestas de supervivencia.
Como el cerebro visceral aprende y recuerda pero no olvida, imprime el trauma con una permanencia que dominará su futuro. Todo lo que un niño experimente durante las últimas fases del embarazo o en los primeros años de su vida -momentos de una marcada vulnerabilidad- quedará grabado en su mente en beneficio de su supervivencia.
- La compulsión a la repetición
La investigación neurológica apoya lo que todos los psicoterapeutas, desde Freud hasta hoy, saben a ciencia cierta: las personas neuróticas tienen el impulso de repetir.
Hay también una explicación neurológica para las respuestas con reacciones desproporcionadas ya mencionadas.
Las marcas neuronales intensificadas por experiencias estresantes deforman la reacción del organismo ante un estímulo. Las experiencias dolorosas continuas imprimen nuevos circuitos en el cerebro, de modo que éste pasa a estar más preparado para reconocer como estímulo doloroso lo que otra persona no reconocería como tal.
Esto confirma la teoría de que una vez que el material interno queda establecido durante el embarazo (por cualquier situación estresante o traumática que atraviese la futura mamá) o en la primera infancia, actúa como un filtro extremadamente sensible moldeando los acontecimientos posteriores. Las contaminaciones del niño herido entran en esta categoría. Cuando un adulto con un niño herido se enfrenta a una situación que se parece a un suceso doloroso prototípico, se activa la respuesta original.
Lo podemos comparar con un megáfono con la tecla de encendido bloqueada. Se reacciona con intensa emoción ante algo que en realidad es trivial o bastante inocuo. Se responde a lo que no existe en el exterior porque está en el interior.
Hay muchas aportaciones al desarrollo histórico de la Psicología social, como por ejemplo los tratados de Allport, Graumann, y en España los estudios de Blanco, Páez, Valencia, Morales y Ursúa. De todos modos podemos los en varias fases: Los años iniciales, que abarcan desde 1885 a 1934. En Francia Le Bon se preocupa de estudiar la conducta de personas dentro de grupos y multitudes y Tarde inicia el estudio de lo que luego se conocería como influencia en su obra “Sobre las leyes de la imitación”. Se trata de estudiar cómo se produce la influencia social, los movimientos sociales y los cambios en un período de intensa conflictividad en las sociedades europeas, con huelgas, manifestaciones y boicots, todo lo cual genera un cambio social acelerado. En la fase final los autores más destacados son Triplett, con sus experimentos sobre el efecto que la presencia de otras personas tiene sobre el rendimiento individual; Ross, McDougall, Allport. McDougall continúa en su obra sobre los grupos con la tradición de Le Bon. En los años iniciales destaca el estudio de las actitudes y su medición, cuyo iniciador fue Thurstone. Período de madurez, desde 1935 a 1945. En este impasse y a causa a veces de la II GM se produce una emigración masiva de psicólogos europeos a USA. Entre todos ellos merece una mención especial Kurt Lewin, que introduce el concepto de interaccionismo, según el cual la conducta se considera producto de la persona por la situación, y que ejercerá gran influencia en las décadas posteriores. Lewin hace también estudios sobre liderazgo, climas sociales, dinámica de grupo, cambio social; y junto a los de Sherif sobre el surgimiento de las normas sociales como resultado de la interacción grupal, resultarán de sumo interés. Ya algunos años antes Murphy &Murphy habían publicado el primer manual con el título de Psicología Social Exsperimental. Hay un influjo importante de la obra de Freud que se canaliza a través del movimiento llamado Cultura y personalidad, que entre otros temas estudia la personalidad modal y el carácter nacional. Pero quizá lo más destacado de la época sea la fundación de la SPSSI o Sociedad para el estudio psicológico de las cuestiones sociales. Esta fundación se convirtió en el modelo de trabajo por el cual los psicólogos sociales intentaban responder a las preocupaciones sociales de la época. La rápida expansión, desde 1946 a 1969. Predominan los estudios sobre como las personas pueden llegar a comportarse de forma nociva e incluso inhumana con sus semejantes. Hay distintas maneras de abordar la situación, desde la personalidad autoritaria de Adorno, Frenkel-Brunswick, Levison o Sanford, los estudios de Asch sobre la resistencia a la presión de la mayoría, o los de Milgram sobre la obediencia a la autoridad. Estos estudios sobre cambio de actitudes alcanza su punto álgido con el grupo de Hovland y su énfasis sobre los efectos de la comunicación y la propaganda y los trabajos de Festinger, que introduce la idea de la disonancia cognitiva. El estudio de la violencia y la agresión por Berkowitz se equilibra con el estudio sobre el altruismo de Darley y Latané, y del amor romántico por Berscheid y Walster. La conducta grupal se estudia por Thibaut, Kelley y Homans. Y no olvidemos que el contexto de todos estos trabajos es una fuerte protesta social donde destaca sobre todo la lucha por los derechos civiles en USA, donde los psicólogos sociales desempeñaron un importante papel. Crisis y re-valuación, desde 1970 hasta la actualidad. Franzoi considera que la crisis ha sido sobre todo de confianza y la achaca a sesgos de etnia y género. Y piensa que si se ha podido superar es porque se han hecho esfuerzos para la erradicación de ambos sesgos, teniendo en cuenta el impacto de los factores culturales sobre los procesos psicosociales. En este período el estudio de procesos cognitivos como la atribución, que es la búsqueda de las causas de los comportamientos; evolucionó y se convirtió en una de las áreas que más investigación sigue generando; que es la cognición social, cuyo objeto de estudio se centra en cómo las personas piensan sobre los demás y sobre el mundo social en general. Es también la época de la expansión geográfica de la Psicología social hacia Europa, Australia, Latinoamérica y otras regiones del mundo. Hay una aplicación a las cuestiones de la vida cotidiana, y se puede empezar a hablar de una Psicología Social del Derecho, de la Salud, de la Educación, del Deporte…
2. Definición de Psicología social.
La más usada es la de Allport que la define como un intento de comprender y explicar cómo el pensamiento y el sentimiento y la conducta de las personas son influidos por la presencia real, imaginada, o implícita de otros. La idea esencial es que la conducta de las personas y sus procesos psicológicos se modifican por la influencia de otras personas. Todo esto permite interpretar que la influencia que genera la presencia de los otros es bidireccional; la persona no solo es objeto de influencia sino que también responde a ella para poner en marcha sus procesos psicológicos, y esta respuesta influye, a su vez, en los demás. Sobre la definición dada por Allport, Franzoi concluye que la Psicología Social es el análisis y comprensión de la conducta de la persona desde la consideración simultánea de dos factores fundamentales: sus estados psicológicos internos y los aspectos de su contexto social. La presencia de los otros. Allport establece una diferencia entre presencia real, imaginada e implícita. a. Presencia real, en la que se exige la ubicación de la persona en el mismo espacio físico que las otras; aunque quizá sería más exacto hablar de presencia física que real. Podríamos hablar de muchos ejemplos; pero Franzoi habla de una persona que actúa ante una audiencia o tribunal. Algo más complejo es cuando existe la llamada co-actuación, donde la persona realiza una actividad en compañía de otros, como cuando hay varias personas pedaleando en sus bicicletas estáticas en la misma sala. La interacción directa es algo más compleja, porque las personas actúan en coordinación con otras, ejercen entre sí un efecto recíproco y ajustan mutuamente su conducta sin un plan previo, es decir, espontáneamente. La interacción es una categoría muy amplia que abarca desde situaciones como un encuentro burocrático hasta una consulta médica; y puede ser diádica, es decir de dos personas, grupal o intergrupal. De todo esto lo que más le interesa a la Psicología Social es la interacción. b. Presencia imaginada. Tiene que ver con la representación que la persona se hace de los otros. Esto se exige en muchas ocasiones de la vida cotidiana, sobre todo cuando alguien tiene que incorporarse a un grupo, adaptarse a un nuevo trabajo. Aquí encaja una importante línea de investigación sobre el manejo de la impresión. Cómo las personas son conscientes de la importancia que tienen las primeras impresiones, a menudo se preocupan por planificar y preparar un primer encuentro, por ejemplo. Y relacionado con la impresión está el fenómeno del “qué dirán”, debido al cual modificamos nuestra conducta en función de los juicios que nos imaginamos que los demás harán de ella. Para poder imitar un modelo a seguir la persona tiene que representarse mentalmente la conducta de éste. Lo esencial, por tanto, reside en la representación mental de los otros, que es la principal puerta de entrada a los procesos estudiados por la cognición social; tales como la atención, la memoria, la percepción, la atribución, los estereotipos y los prejuicios. c. Presencia implícita. Para influir los demás no necesitan estar presentes físicamente, ni siquiera de modo imaginado. Basta con que lo estén sus productos, como por ejemplo las normas sociales. No es necesario que estén presentes los miembros del grupo para que una persona que forma parte de él ajuste su conducta a los modos grupales. Y a Esta conducta hay que añadir las estructuras sociales de poder, status, rituales, modas o costumbres. Veamos el ejemplo de algunos encuentros con desconocidos que comienzan con un trato igualitario y cambian cuando se descubre que uno de ellos tiene un status superior. Esto nos lleva al motivo conocido como Harum al-Raschid, el famoso califa de Bagdad que se disfrazaba de mendigo para recoger información sobe lo que ocurría en su ciudad, sobre todo en lo referente a injusticias y opresión.
3. Psicología social y procesos
La influencia de la presencia de los otros sobre la persona se ejerce a través de una serie de procesos que a veces interactúan entre sí y ocasionan resultados aparentemente contradictorios. Por ejemplo en el experimento de Triplett los resultados eran muy variables, y los investigadores estaban desconcertados. Hasta que en 1965 Zajonc aportó la solución correcta, porque según él la presencia física de otros que realizan la misma tarea incrementa la motivación de la persona, es decir, el esfuerzo dedicado; pero si la tarea es difícil o la persona inexperta o poco diestra, la motivación tiende a multiplicar los errores que comete esa persona y perjudica su rendimiento. Por eso a diferencia de lo que sostenía Triplett, la presencia física de otros no genera de manera automática un aumento del rendimiento en la tarea; lo que hace es potenciar un proceso interno de motivación de la persona. Entre motivación y rendimiento tampoco hay una conexión automática. Hay otro proceso, la capacidad de la persona, que juega un papel muy importante. Motivación y capacidad son dos procesos de naturaleza individual, y una importante fuente de diferencias. Pero junto a los procesos individuales también hay procesos de naturaleza interpersonal, grupal y societal. • Procesos de naturaleza individual. No es que estos procesos no sean sociales, sino que tienen lugar dentro del individuo, aunque siempre con un referente social. El proceso individual por excelencia es el yo o el self, que incluye todos aquellos aspectos de la persona que son importantes para ella. Una de sus principales características es la complejidad o grado en que una persona se concibe a sí misma como compuesta de muchas facetas independientes o no relacionadas. Linville afirma que es más saludable para la persona tener una complejidad elevada, porque un deterioro en alguna faceta de su yo tendrá entonces consecuencias menos nocivas. La centralidad del yo como proceso individual se aprecia también en la línea de investigación llamada de auto referencia. Las personas tienen una capacidad especial para recordar y reconstruir rasgos y sucesos que son relevantes para su yo, y en concreto recuerdan mejor aquellas palabras que tienen que ver con su yo y los sucesos en los que han estado personalmente involucrados. Dice Kimble que el yo es central en la forma en que organizaremos nuestras experiencias y reaccionamos ante otras personas. • Procesos de naturaleza interpersonal. Estos procesos son quizá de los más estudiados, porque como dicen Baumeister o Leary los seres humanos tenemos necesidad de pertenecer y establecer con otras personas vínculos estables y duraderos. Ahí está la investigación de Williams sobre el ostracismo, una estrategia destinada a excluir o ignorar a alguien. El ostracismo se ha usado en todas las épocas y en todas las culturas para regular el comportamiento social y las personas que lo han sufrido lo describen como un abuso emocional, habiéndose demostrado las fatales consecuencias para el bienestar y salud mental de las víctimas. Lo esencial de estos procesos de tipo interpersonal es que de ellos surge algo nuevo, es decir, algo que no está contenido en los procesos individuales de las personas que participan en la relación misma; lo que se conoce como emergentismo. Vamos a considerar en primer lugar el estudio de McFarland y Ross, que en entrevistas a universitarios con pareja estable, les piden que evalúen a esa pareja. En una segunda entrevista, dos meses más tarde, les piden que la evalúen de nuevo. Y los que parecían estar más enamorados solían recordar que su relación había comenzado como un flechazo; mientras que quienes habían roto la relación manifestaban que ya desde el principio habían percibido que su pareja era egoísta y tenía mal carácter. Varios años más tarde Holmberg y Holmes encontraron resultados parecidos. En una investigación con 373 parejas casadas cuya gran mayoría se consideraban muy felices. Dos años más tarde los participantes cuya relación se había deteriorado, decían que todo había ido mal desde el principio. Todo esto pone de manifiesto que la forma en que evoluciona la relación modifica no sólo lo que cada miembro de la pareja piensa del otro en ese momento, sino lo que piensa de cómo era en el pasado. Dicen Holmberg y Holmes que cuanto peor es la opinión actual que se tiene del miembro de la pareja, peores son los recuerdos que se tienen de él y esto se acentúa más todavía con actitudes negativas. • Procesos de naturaleza grupal. Los procesos de grupo suelen presentar una estructura y una organización bien definidas. En los grupos suelen existir roles o papeles desempeñados por los miembros y que facilitan la realización de las funciones grupales. La conducta de las personas se modifica cuando forman parte de un grupo, debido a la importancia que para los seres humanos significa la pertenencia. A lo largo de toda la evolución humana la inserción en grupos ha sido constante. De hecho nuestra especie ha sobrevivido porque los humanos se han unido en grupos. Pero, como dicen Caporael y Brewer la inserción de una persona en un grupo no es un asunto sencillo, y ni se trata de algo voluntario ni de libre elección. La inserción es obligatoria y viene dictada por la interdependencia de las personas dentro del grupo. Todas se necesitan mutuamente y todas son necesarias para que el grupo salga adelante y se lleven a cabo sus funciones de adaptación al medio. Hay tres metas básicas que consiguen las personas al integrarse en un grupo: utilitarias, de conocimiento y de identidad. El grupo aporta recursos materiales, guía y orientación para un dominio del entorno social y físico. Todas las personas pertenecemos a algún grupo y esa pertenencia es lo que permite que los demás nos identifiquen aunque no nos conozcan personalmente. A menudo, sin embargo, en la interacción entre la persona y el grupo surgen desacuerdos y conflictos. La persona incurre en costes cuando se integra en el grupo porque debe respetar sus normas y realizar tareas del grupo que pueden ser complicadas; todo ello a cambio de beneficios que no suelen ser inmediatos. También el grupo incurre en costes porque la coordinación de la actividad grupal es compleja porque tiene que realizar labores de vigilancia y control sobre los integrantes. Por eso hay relaciones ambivalentes: a veces el grupo exigirá a las personas que lo integran o a alguna de ellas más de lo que les da a cambio, con lo cual se daría una especie de explotación. También puede ocurrir lo contrario, algún miembro del grupo se puede aprovechar de los esfuerzos de los demás integrantes y rentabilizarlos en beneficio propio. Si este tipo de conflictos no se supera puede llevar a la ruptura. Los estereotipos son como creencias compartidas sobre las características de los miembros del grupo; mientras el prejuicio es una especie de evaluación negativa de una persona por su pertenencia a determinado grupo, por lo cual podrían considerarse procesos de naturaleza individual. La identidad social, íntimamente ligada al yo, se construye a partir de la pertenencia de una persona a uno o varios grupos. Las definición de Henry Tajfel dice que la entidad social es la parte del autoconcepto individual que deriva del conocimiento de la pertenencia a un grupo social junto con el significado emocional o valorativo que conlleva dicha pertenencia. • Procesos de la naturaleza societal. Las estructuras de status y poder, las instituciones, los rituales, tradiciones y costumbres culturales son procesos de naturaleza social y cultural que de entrada parecen muy alejados de la influencia que sobre la persona ejerce la presencia de los otros. Pero estos procesos son los que más penetran en las relaciones entre personas; es la llamada presencia implícita de los otros. Myers habla de lo que sucedió en USA cuando en 1954 el Tribunal Supremo abolió la segregación racial. Una vez publicada la decisión se modificaron las actitudes raciales y se duplicó el porcentaje de personas favorables a la integración en las escuelas. También las normas culturales ejercen un profundo impacto sobre los aspectos más íntimos de las personas. Markus y Kitayama señalan que para los japoneses la felicidad surge de una relación social positiva, de sentirse apreciado y respetado. Mientras que en USA la felicidad está más en relación con el sentimiento de eficiencia y superioridad. En los conflictos pasa igual; en Japón suelen darse entre grupos y en Norteamérica son más frecuentes entre personas. Además de la cultura, también la naturaleza influye y actúa como factor de cambio.
4. Combinación de procesos de distinta naturaleza.
Los procesos individuales, interpersonales y grupales se entremezclan en la vida cotidiana y se combinan entre sí de muchas formas. Efecto de discontinuidad individuo-grupo. Lo han estudiado Insko, Hoyle, Dardis y otros, y parten de la observación de que las personas no se comportan de la misma manera cuando forman parte de un grupo que cuando actúan solas. Este cambio de conducta sugiere una cierta discontinuidad, por eso la denominación del efecto. Los experimentos realizados por Insko para investigar la validez de este efecto utilizaron diversos juegos experimentales, entre los que destaca el llamado dilema del prisionero. Tanto en este juego como en otros parecidos la conducta de los jugadores se orienta más hacia la competición cuando cada una de ellas representa a un grupo diferente. En el mismo juego, las personas que actúan en nombre propio y a título individual tienden a decantarse por la respuesta cooperativa. Cuando una persona actúa en nombre de un grupo son conscientes de que sus respectivos grupos esperan de ellos que defiendan el interés grupal y saben que su conducta competitiva está respaldada y apoyada por los restantes miembros del grupo; lo cual no sucede cuando cada persona actúa por su cuenta. La investigación de Insko deja de manifiesto que la diferencia entre competir para uno mismo (proceso individual) o en nombre de un grupo (proceso grupal) llega a invertir el sentido de la influencia. Efecto de las campañas políticas. El voto es el resultado de muchos factores; entre ellos la situación económica del momento, la identificación con la figura del candidato, la personalidad del votante o la fidelidad a un partido político. Una investigación realizada por Mullen sobre la campaña de Reagan del 1984 muestra que un cambio aparentemente pequeño en la campaña se asocia a desplazamientos inesperados en la conducta de voto. La estrategia de Mullen fue grabar en video a los presentadores de las tres cadenas más importantes de televisión cuando hablaban sobre Reagan y Mondale en las noticias de la noche a lo largo de toda la campaña de 1984. Un grupo de participantes evaluó los videos grabados por los autores. El presentador de la cadena ABC mostraba un sesgo no verbal; sonreía más cuando se refería a Reagan. En cambio los presentadores de la CBS y NBC no mostraban ese sesgo. Se encontró que los votantes que habían visto con regularidad las noticias de la cadena ABC votaron en mayor porcentaje a Reagan. De esto se infiere que la introducción de un cambio en la campaña consigue desequilibrar la conducta de voto a favor de un candidato.
5. La investigación en Psicología Social. Los métodos de investigación no son más que un instrumento al servicio del desarrollo teórico y como tal se deben adaptar al objeto estudio de cada disciplina. En el caso de la Psicología Social, en que su objeto es una interacción entre los factores psicológicos y el entorno social, hace que el análisis de los procesos sea especialmente complejo, ya que se deben tener en cuenta varias premisas. a) La conducta de las personas, sus pensamientos y sentimientos son producto de la interacción entre múltiples determinantes psicológicos y situacionales. b) Las personas son seres activos y no sólo reactivos. Su conocimiento del mundo no es mero reflejo de la realidad objetiva, sino una versión subjetiva de ella. Las personas no sólo reciben la influencia de los demás, sino que a su vez son agentes de influencia para otros. c) De la interacción entre personas surgen fenómenos nuevos, que no estaban presentes en la situación ni formaban parte de la psicología individual de los participantes. d) Los estímulos sociales que influyen en los pensamientos y acciones de las personas pueden estar físicamente presentes o no, como ocurre cuando la presencia es implícita. e) La influencia que ejerce la presencia de otros es producto de la operación de procesos de distinta naturaleza, que suelen combinarse entre sí, lo que implica tener en cuenta diferentes niveles de análisis al mismo tiempo. f) Son estos procesos los que estudian los psicólogos sociales, y los análisis de los procesos psicosociales subyacentes permite alcanzar un mayor poder de explicación, predicción y generalización a contextos diferentes. Estos procesos no son directamente observables y deben inferirse a partir de la conducta. Los métodos más utilizados en la investigación psicosocial. La elección del método depende del problema y de su viabilidad en función del contexto del estudio y de sus participantes. El investigador deberá formular una o varias hipótesis sobre lo que espera encontrar para después poder contrastarlas con los resultados que obtenga. Los hipótesis establecen relaciones entre fenómenos, relaciones que pueden ser de causa-efecto, como en los estudios experimentales, o de co-ocurrencia, como en los estudios correlaciónales. Para poder medir las relaciones entre fenómenos teóricos es necesario traducirlos a variables o manipulables mediante definiciones operativas. Los experimentos son el método que más prestigio tienen entre los psicólogos sociales. La variable que el experimentador manipula es la que hace que la persona que participa en el experimento piense, sienta o actúe de determinada manera. Puede servir de ejemplo el experimento de Triplett con el estudio sobre la bicicleta estática; donde lo que se manipula es la presencia de otras personas haciendo lo mismo. Es la variable independiente, precisamente porque no depende de nada más que de lo que pase en el experimento, porque es el investigador el que establece sus valores. La variable dependiente será la conducta de los participantes; como por ejemplo la intensidad del pedaleo, causados por la variable independiente y no por otros factores. Cada valor o nivel de la variable independiente se corresponde con una condición experimental a la que se asigna un número de participantes. La asignación aleatoria significa que todos los participantes en un experimento tienen las mismas probabilidades de estar en cualquiera de los grupos o condiciones experimentales. Los diseños experimentales pueden ser de varios tipos; el más sencillo es el que hay una única variable independiente con sólo dos valores, y por tanto, dos condiciones experimentales, como en el experimento de la bicicleta. Pero en el experimento pueden tomarse medidas, es decir, se les da un tratamiento, mientras que a otro grupo no se le da. E incluso se puede jugar con darles otro tratamiento post test a uno solo de los grupos y así las diferencias entre los dos grupos se atribuyen al factor que los diferencia, la variable independiente, manipulada mediante el tratamiento o la ausencia de él. Lo habitual en Psicología Social es que los experimentos tengan diseños más complejos, con más de una variable independiente e incluso con más de dos valores en cada una. En este tipo de diseños, llamados factoriales, cada nivel de cada variable se empareja con cada nivel de todas las demás. Los tratamientos experimentales se pueden aplicar de varias formas, y podemos hablar de varias categorías de tratamientos: A. Manipulaciones sociales, en donde el experimentador recurre a la colaboración de un aliado, llamado cómplice, que pasa por un participante más, pero cuyas acciones están preparadas de antemano. B. Manipulaciones ambientales, en las que se controla y se manipula algún aspecto de la situación experimental. C. Manipulaciones mediante instrucciones, que son las más usuales y fáciles de aplicar. El experimentador da unas instrucciones a los participantes que son distintas para cada grupo. Las diferencias de respuesta son atribuidas a las diferencias de instrucciones. También hay experimentos de campo en donde se realizan situaciones naturales y que tienen mayor realismo mundano. Sherif realizó el que se conoce como “la cueva de los ladrones”, sobre conflicto y cooperación intergrupal, para lo cual organizaron un campamento de verano para niños; o el experimento “Pigmalión” de Rosenthal y Jacobson, acerca de la influencia de las expectativas del profesor en el rendimiento de los alumnos. Otra posibilidad son los cuasi-experimentos donde el investigador puede manipular una variable independiente pero no puede asignar aleatoriamente a los participantes a las distintas condiciones. Aunque se ha criticado el experimento de laboratorio y su falta de parecido con la vida real, lo importante para que los resultados de un experimento se puedan aplicar a la vida cotidiana no es su realismo mundano sino su realismo experimental; es decir que los participantes se crean lo que el experimento les dice y se metan tanto en la situación que se les olvide que están participando en el experimento. Los métodos correlaciónales son también usados en la investigación psicosocial cuando no es posible hacer experimentos. Una correlación es positiva cuando a medida que aumenta el valor de una de las variables, aumenta también el de la otra. Y es negativa cuando el aumento de una va asociado al descenso de la otra. Será nula cuando el aumento o la disminución del valor de una variable no van asociados a ningún aumento o disminución en el valor de la otra. Las correlaciones se expresan matemáticamente en coeficientes de correlación de Pearson y el coeficiente de relación puede oscilar entre +1 (correlación positiva perfecta) y -1 (correlación negativa perfecta). Una correlación de O significa que no hay relación en las variables. Cuanto más cerca se encuentra el valor de +1 y de -1 más fuerte es la correlación en un sentido o en otro. Hay diversos métodos correlaciónales; como la observación, los cuestionarios o las entrevistas. El principal problema de estos métodos es que no permiten concluir cuál de las variables es la causa de la otra. Una de las ventajas sin embargo, sobre el método experimental es que ofrece la posibilidad de estudiar la conducta en situaciones naturales y analizar factores muy importantes en Psicología Social, como el género, el grupo étnico o el status social, que no es posible manipular en el laboratorio. Además se pueden incluir muchas variables diferentes a la vez. Lo ideal es emplear varios métodos en el mismo estudio, lo cual da más fuerza a los resultados.
6. La Psicología social como puente y articulación. En palabras de Moscovici la Psicología Social es una disciplina puente porque su característica más destacada es la de integrar conocimientos de distintas ciencias sociales. Al combinar procesos de distinta naturaleza para explicar cómo se ejerce la influencia de la presencia de otros sobre la persona, la Psicología Social usa procesos que son el objeto de la Psicología, la Sociología, la Economía o la Antropología. Este planteamiento conecta también con el de Operario y Fiske, quienes señalan que ha sido tradicional oponer los procesos individuales a los interpersonales, grupales y societales, como si fuesen polos o extremos de un continuo unidimensional. La consecuencia del punto de vista tradicional es que convierte cada bloque de procesos individuales en una entidad homogénea y cerrada en sí misma.
Según estas dos autoras lo societal penetra hasta el fondo de los procesos individuales y les dota de significado. Los procesos individuales dependen del marco cultural y societal de referencia de la persona. Las estructuras societales entran en la cabeza de las personas e influyen en sus procesos mentales. Lo societal también rige los automatismos, o respuestas automáticas de las personas, que suelen surgir en situaciones o falta de activación del esfuerzo cognitivo. La investigación sugiere que están condicionadas por la cultura. Se constata también la influencia del contexto inmediato sobre los procesos individuales: el poder de la situación determina los objetivos, los motivos y las necesidades de las personas y éstos a su vez guían los procesos cognitivos. Los seres humanos somos estrategas motivados, pensadores pragmáticos que disponemos de múltiples estrategias cognitivas y elegimos según nuestras metas y situación.
7. Un ejemplo de explicación psicosocial: la relación entre riqueza y bienestar. Myers dice que hay que investigar si las sociedades más ricas son las que representan un bienestar más elevado. La respuesta es que ocurre sólo en parte, aunque es un hecho que los países más prósperos, como los escandinavos, disfrutan de mayor bienestar que aquellos que tienen carencias económicas. Pero entre la riqueza de un país y el bienestar económico de los ciudadanos no hay una correlación elevada. Dice Myers que a partir de un techo de aproximadamente los 10.000$ de renta per cápita ya no se genera un incremento paralelo de bienestar. Y esta afirmación la basa en dos principios: La capacidad humana de adaptación. La capacidad de adaptación se explica refiriéndose a la tendencia de los seres humanos a evaluar su experiencia actual comparándola con un nivel neutro definido por la experiencia anterior. Las personas saborean sus logros cuando éstos superan lo que han conseguido en el pasado; pero se adaptan rápidamente. A medida que se van consiguiendo logros más elevados parece que pierden valor. El deseo de comparación. No sólo se compara entre lo conseguido en el presente y en el pasado, sino también lo que consiguen otros similares. Es lo que se conoce como privación relativa o experiencia que se deriva de percibir que lo que uno tiene es inferior a lo que considera razonable o justo según algún criterio. Y uno de los criterios es la comparación con lo que tienen los otros. Bienestar, riqueza, nivel de adaptación, deseo de comparación social: la complejidad de las relaciones psicosociales. Myers combina procesos de distinta naturaleza para oponerse a creencias muy extendidas para mostrar que la conexión entre riqueza y bienestar no es ni directa ni automática, sino que depende de otros procesos, sobre todo del nivel de adaptación y el deseo de comparación. El nivel de adaptación es un proceso de naturaleza individual y se inspira en el punto de vista de alguien, en la perspectiva de un ser humano en concreto. El proceso de comparación social es de naturaleza interpersonal o intergrupal y se basa en la necesidad de las personas de comprender y controlar su mundo social y de validar sus opiniones y creencias. Poseer riqueza no se muestra como algo absoluto, sino relativo a la riqueza que poseen otras personas o grupos. Si la persona pudiera abstraerse de las relaciones que mantiene evaluaría lo que tiene con respecto a algún criterio externo objetivo.
8. Psicología social y aplicaciones.
La Psicología Social nace en estrecha conexión con la vida social de finales del siglo XIX y sus contenidos son en buena medida el reflejo de las cuestiones sociales de su tiempo. La aplicación de los conocimientos adquiridos en esta disciplina en sus investigaciones se orienta hacia una mejoría en las condiciones de vida de las personas en una gran cantidad de ámbitos. Existen varios enfoques en la orientación de las aplicaciones. Lewin era partidario de la investigación-acción en la que el investigador se implica personalmente en la planificación y realización de la aplicación y compone un ciclo que va desde la teoría a la intervención mediante la investigación. Pero hay otros autores que han preferido un enfoque de tecnología social, en donde la prioridad la marca el problema a resolver y los conocimientos psicosociales básicos se usan como un repertorio de soluciones posibles. El psicólogo social puede ser esencialmente un investigador que intenta aplicar un medio científico a la comprensión y solución de problemas sociales o bien un consultor que intenta aportar su experiencia y conocimientos para ayudar a sus clientes en dificultades concretas.
BIBLIOGRAFÍA: • Introducción a la Psicología Social(UNED)
Solicitada para circular en Internet e incluir en las Web solidarias DESDE LA PSICOLOGÍA SOCIAL: IMPORTANTE AVISO A LA COMUNIDAD
El Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires (CPPB) se ha declarado en alerta y movilización con motivo de la presentación en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires de un proyecto de ley de regulación del título de Operador en Psicología Social. Ante ello, la Asociación de Psicólogos Sociales de la República Argentina (APSRA) se ve en la obligación de responder los agravios vertidos por dicho colegio y esclarecer la situación:
Hemos de responder detallada y claramente cada una de las acusaciones:
En primer lugar, se equivoca el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires al sostener que la Psicología Social carece de fundamento académico. En esta afirmación el propio colegio se contradice, por cuanto por un lado la acusa de falta de fundamento y por la otra señala que es una de las ramas de la Psicología. La Psicología Social es una disciplina que nace en la modernidad, cuando el desarrollo socio-histórico pone en primer plano en el análisis filosófico (Hegel, Marx, Comte, etc.) y científico (Durkheim, entre otros), las problemáticas de la historia, el hombre y la sociedad. Los fundamentos académicos del Psicólogo Social, Operador en Psicología Social y otras modalidades, están dados por los aportes de Kurt Lewin, Wilhelm Wundt, Floyd Allport, Margaret Mead, Gustave Le Bon, Sigmund Freud, Melanie Klein, Robert Baron, Cornelius Castoriadis, Frederick Munné, David Whitaker, Vander Zanden, Jean Leon Beavois, Serge Moscovici, Stanley Milgram entre los extranjeros y entre los argentinos Enrique Pichon Riviere, José Bleger, Fernando Ulloa, Armando Bauleo, Alfredo Moffatt, Ana Quiroga, etc. La gran mayoría de ellos ignorados en la formación académica de los psicólogos del CPBA. Definimos el campo de conocimiento de la Psicología social, como la indagación del nexo fundante entre el orden histórico-social y la subjetividad. Esto implica investigar las instituciones que expresan ese orden, las distintas formas de articulación entre los sujetos de esos procesos históricos (lo que incluye a las estructuras vinculares, grupales y organizacionales) y su relación con los procesos psíquicos. En lo que respecta a la carencia de fundamento legal tal afirmación del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires es falsa, por cuanto el título tiene carácter oficial, para lo cual basta revisar las resoluciones RSE. 606/02 RSE 3918. Incluso el uso del término “Psicólogo Social” ha sido aceptado por la Justicia Argentina ya que en todos los casos en que el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires querelló por usurpación de títulos y honores a algún Psicólogo Social, el colegio perdió el juicio.
En segundo lugar es cierto que los psicólogos pueden especializarse en Psicología Social, pero ello no los pone en mejores condiciones que los Operadores en Psicología Social para trabajar, pues un post grado está lejos de cumplir con los requerimientos formativos, tanto teóricos como prácticos. Un breve repaso a todos los planes de estudio de universidades oficiales o privadas se verá que la Psicología Social apenas consta de tres o a lo sumo cuatro materias del ciclo de grado o de posgrado, mientras que un Operador en Psicología Social cursa no menos de dieciocho materias teóricas y prácticas que van desde psicoanálisis a la psicología social aplicada, pasando por la Teoría de la Construcción de la Subjetividad, Teoría de las Estructuras Vinculares, Teoría de la Conducta, Psicología de la Vida Cotidiana etc. Que un Licenciado en Psicología haya estudiado materias de Psicología Social no lo convierte en un profesional apto para incursionar en ese medio, o, lo que es lo mismo, que un médico clínico sepa leer radiografías no lo convierte en radiólogo.
En tercer lugar la frase “Psicología Sin Psicólogos” como una situación escandalosa o perjudicial es falsa. Es como pretender una medicina sólo para médicos, con lo cual los radiólogos o los farmacéuticos o los enfermeros no podrían trabajar, decir “medicina sin médicos” u “obras civiles sin ingenieros” o “justicia sin abogados”, esta restringiendo la participación de otras disciplinas u otros puntos de vista a la vez de pretender usurpar un discurso único y una formación única. ¿Tienen las disciplinas vinculadas a la medicina, la arquitectura, o la justicia, entre muchos otros ejemplos, una formación carente sin fundamento teórico propio? ¿Alguien pude suponer que estas nobles profesiones carecen de fundamento?
El monopolio de los fenómenos psíquicos en la Argentina nunca fue campo exclusivo de la Psicología. En nuestro país, con el aporte crítico del Dr. Enrique Pichon Rivière, se funda una escuela que rompe con una concepción elitista de la ciencia y se plantea que la psicología social, es un instrumento de cambio y transformación social y que tiene que ser accesible a todo aquel que desee instrumentarse como psicólogo social. Apropiándose de conocimientos, método y herramientas interdisciplinarias propias, para operar y conceptualizar el trabajo de campo en procesos institucionales y vinculares y en generar cambios en esos procesos. Así puede abordar nuevos fenómenos que sufren los sujetos y sus vínculos, que pertenecen a lo social, como las problemáticas estructurales de la sociedad: generados por la pobreza, desocupación, desigualdad, marginalidad, etc., y su nexo con la subjetividad de las personas.
En cuarto lugar, el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires ataca al Operador en Psicología Social aduciendo que pone en peligro la salud de la población por un diagnóstico desacertado o intervenciones mal realizadas. Este ataque demuestra un desconocimiento palmario respecto del rol del Operador en Psicología Social dado que este, por su formación, no diagnostica ni realiza intervenciones psicológicas. Cabe aquí hacer una diferenciación tajante entre el Psicólogo y el Psicólogo Social. El Psicólogo – siguiendo lo establecido por el Diccionario de la Real Academia Española –es aquella persona dotada de especial penetración para el conocimiento del carácter y la intimidad de las personas”. El Psicólogo Social no actúa ni sobre el carácter ni sobre la intimidad de las personas, habida cuenta de lo cual mal puede poner en peligro su salud con un diagnóstico o con una intervención mal realizada.
En quinto lugar, el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires aduce que para ejercer la psicología en la provincia es necesario tener un título de grado y matricularse en el colegio correspondiente según la ley 10306. Esta es una falacia porque la referida ley ya desde el artículo 1ro. habla del ejercicio de “la actividad profesional del Psicólogo” y no “de la Psicología” . Es decir, la ley centra su desarrollo en el título concreto de Licenciado en Psicología y Psicólogo y no en otros títulos. Por lo tanto es falso que con la promulgación de una ley que regule a los Operadores en Psicología Social y otros, se viole normativa alguna. Una ley para Psicólogos y Licenciados en Psicología (ley 10306) y otra muy distinta para los Operadores en Psicología Social. Como ocurre con los colegios de ingenieros, de agrimensores o de arquitectos, todos coinciden en actividades como las obras civiles pero cada uno con su incumbencia. El Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires engaña intencionalmente a la población al pretenderse “colegio de todas las prácticas de la psicología”, cosa que no es cierta.
En Sexto lugar el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires dice equivocadamente que sólo un psicólogo con título de grado y matriculado puede intervenir en instituciones, grupos y comunidades. Ello no es cierto, dado que si ello fuera así sería ilegal el ejercicio de la mediación, el arbitraje, la asistencia social, la capacitación, etc. El gran error de todo esto es considerar al Operador en Psicología Social como un psicólogo devaluado o como un profesional que pretende inmiscuirse en el ejercicio de la Psicología. Ello no es así, por el contrario el Operador tiene su área de trabajo, su metodología, su técnica específica y sus propias incumbencias .En efecto, el Operador en Psicología Social trabaja en ámbitos y espacios donde, interactuando grupos de personas, pueden identificarse fenómenos psicosociales. Estos se dan en instituciones, en familias, en organizaciones, comunidades etc. promoviendo una participación activa frente a los problemas sociales que se suscitan, contribuyendo a la búsqueda de soluciones. Nuestra práctica en tragedias como la AMIA, Lapa, Austral, Cromañon, inundaciones de Santa Fe, en el largo período de altos índices de desocupación y varios motines carcelarios, mostraron la idoneidad, la profesionalidad, y el temple de los psicólogos sociales. El trabajo del Psicólogo Social apunta al desarrollo del espacio grupal, dado que cuando se produce la interacción humana, cuando las personas participan de problemas sociales comunes, la reflexión y la comunicación entre sus miembros trae aparejado el aprendizaje y éste trae también una nueva forma de adaptarse a la realidad, una forma activa. Tal vez sea por eso que es una profesión tan cuestionada ¿a quien le sirve una sociedad sana, reflexiva, participativa, comprometida y hasta combativa de situaciones de injusticia, de opresión, y de alienación a los que nos tiene acostumbrados o no la actual sociedad de consumo?
El mundo es otro, nuestro país cambió. Vivimos momentos de crisis muy profundos. Los problemas sociales que tenemos que abordar son tan complejos y graves, que requieren el aporte de todas las disciplinas que de una manera u otra, se preocupan por las consecuencias que ellos traen, particularmente en lo que se refieren a las resonancias psíquicas sobre las personas. Estamos convencidos que se impone por lo menos, un trabajo interdisciplinario para abordarlos.
En nuestros más de 20 años de prácticas psicosociales desde APSRA, hemos compartido nuestra labor y seguimos haciéndolo, con centenares de psicólogos, trabajadores sociales, consultores y otras especialidades., en escuelas, hospitales, entidades públicas y privadas. Cada uno desde su lugar, desde su rol o función, contribuyó a resultados beneficiosos para los grupos de personas, las instituciones o las comunidades. Aprendimos todos. Lamentamos que no pudiéramos debatir públicamente con el Colegio de Psicólogos de la Pcia de Buenos Aires, porqué la formación de los psicólogos sociales en la Argentina es aún más antigua que la formación en psicología lo que indica que no es una simple especialización y por eso tiene que tener un lugar propio, en el mundo académico.
Por último, la actitud asumida por la actual comisión Directiva del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires viola abiertamente el artículo 14 de la Constitución Nacional, según el cual todos los habitantes tienen derecho a ejercer su industria lícita y a asociarse con fines útiles y pretende negar el derecho a trabajar de más de tres generaciones de Psicólogos Sociales que ya trabajan abiertamente y sin inconvenientes en otras provincias y están incluidos en el nomenclador de la Ciudad de Buenos Aires. Esta conducta esta tipificada por el artículo 1 de la ley anti discriminación Nº 23.592 que sanciona a quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional. Tal norma considera como actos particularmente discriminatorios los que ustedes realizan por estar basados en opiniones políticas o gremiales. Esperamos que la proposición de debate realizada por carta al Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires y enviada día 7 de noviembre por nuestra institución – de la cual a la fecha no hubo respuesta – sea aceptada y podamos públicamente exponer nuestras opiniones y aunar esfuerzos profesionales.
Por todo lo expuesto solicitamos al referido Colegio de abstenerse de hacer circular informaciones falsas o interpretaciones carentes de sustento legal o fáctico, bajo apercibimiento de denunciar, demandar por daños y perjuicios y querellar penalmente al colegio como institución y como formadores de la voluntad de dicha entidad, por violación a las normas constitucionales anteriormente enunciados. Volvemos a invitar a Colegio (CPPB) a generar un espacio de diálogo constructivo y no obstructivo, con el objetivo de aportar soluciones que redunden en beneficio de toda la comunidad.